El entrenamiento de CrossFit podría definirse como ‘movimiento funcional con constante variación y ejecutado a alta intensidad’, ¿Te suena verdad?

Los movimientos funcionales son patrones universales de activación motriz. Son movimientos compuestos, es decir, de múltiples articulaciones, efectivos y eficientes, de objetos corporales y externos. Pero la parte más importante de los movimientos funcionales es su capacidad de mover grandes cargas y hacerlo de forma rápida.

La preparación para enfrentarnos ante desafíos físicos, eventos desconocidos e imprevistos, es justo lo contrario a entrenamientos de rutinas fijos y predecibles. Todo esto lo hace ideal y con ese objetivo nació CrossFit. Hoy día, son muchas las disciplinas que han surgido -o adaptado- su sistema de entrenamiento como consecuencia al nacimiento de esta idea. Todas con un mismo objetivo. Todas con cabida dentro del entrenamiento funcional y todas popularizadas con el auge del CrossFit.

A menudo, recibimos en el box atletas procedentes de esta diversidad del entrenamiento quienes acuden a realizar un deporte sin una base específica previa en determinados movimientos. No pasa nada. Para estos atleta surgió lo que se conoce como curso de iniciación (ahora totalmente gratis en Feel CrossFit si te inscribes aquí). ¡Todos hemos pasado por ahí!. El objetivo es asegurar la correcta práctica deportiva a través del conocimiento de los movimientos olímpicos realizados en esta disciplina.

Pero, ¿Qué pasa con aquellos atletas procedentes de deportes funcionales diferentes y qué se venden como CrossFit? Esta es la otra cara de la moneda. El auge y popularidad de CrossFit a derivado en una corriente de doble cara. Probablemente se asemejen movimientos, ya que la naturalidad de los mismos son cualidades propias de los humanos, en muchos casos, pero cada sistema es propio, y si tu lugar de entrenamiento no es específico de esta disciplina, puedes llamarlo como quieras, pero NO es CrossFit.

Estos entrenamientos no son ni mejores ni peores, pero debes tener claro que son diferentes y es importante diferenciar los aspectos de cada entrenamiento. Desde la intensidad, hasta los ejercicios ejecutados, pasando por las instalaciones propias de los boxes propios de CrossFit o la metodología seguida. ¿Realizas abdominales y circuitos en clases colectivas de tu gimnasio de barrio? ¿Conoces un local de entrenamiento funcional en el que realizan flexiones, sentadillas pero no conocen la halterofilia? Tenemos algo que decirte, eso NO es CrossFit.

Los box oficiales pagan una afiliación para acogerse a unos estándares y una metodología en la que creen. CrossFit es una marca registrada y como tal, para usarla, tiene un precio. Para poder ser un Box Oficial tienes que pagar una cuota y los profesionales que trabajan en él necesitan una preparación específica para ello, con el añadido que esto supone.
¿Es esto suficiente? Nosotros creemos que no, por eso nuestros coaches han seguido formándose en otras disciplinas como Halterofilia o Fitness, o incluso graduándose en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.

Por ello, cuando acudas a un box oficial de CrossFit procedente de otra disciplina funcional que NO sea CrossFit (ahora que sabes distinguirlas), recuerda que NO has hecho CrossFit. Tal vez tengas conocimientos y aptitudes en entrenamiento funcional, pero las exigencias y distinciones que merece esta metodología bajo la cual nos regimos necesitan una base que, probablemente, a ti te hayan hecho obviar.

Comentado lo anterior, que tu centro sea un box oficial de CrossFit no te asegura ni calidad en el servicio ni que hagas CrossFit en todas sus variantes, ya que no hay una regulación específica en este ámbito. Para ello asegúrate que tus coaches sean profesionales del sector (en Feel CrossFit contamos tres Graduados en Ciencias del Deporte) que sigan en constante formación (máster específicos, niveles superiores de CrossFit…).

Muchos centros caen en la comodidad de no integrar movimientos complejos para poder masificar sus clases y ser atendidos por un solo coach, con el consiguiente ahorro que tiene esto tanto a nivel de personal e incluso de material, pero ¿Hasta qué punto se sacrifica la calidad de una clase colectiva por la cantidad? Esto demuestra, en muchos casos, la nula visión más allá de lo económico.

Cuando acudas a un centro de entrenamiento funcional NO adherido a CrossFit, recuérdales que buscan la funcionalidad en los movimientos, pero que no pueden llamarlo CrossFit. Así mismo, puedes hacer lo mismo en boxes afiliados en los que se busque la cantidad por encima de la calidad, y donde seas una mera cifra económica. Estas falsas inculcaciones te hacen sentir partícipe de un movimiento totalmente diferente.

Si no tienes la base necesaria para iniciar una nueva disciplina, deberás ponerte a las órdenes de los profesionales del sector al que te inicies, pero no obvies todo lo anterior, porque Crossfit, si es CrossFit.

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